Viajar es mucho más fácil de lo que creemos. Nos puede costar más sacrificio a unos que a otros, es verdad, pero seguro que si nos lo proponemos está más cerca de lo que pensábamos.
Sin embargo, no siempre se puede estar de viaje, ni siquiera los que viven gracias a ellos. Entonces, ¿qué hacer cuando esa nostalgia viajera nos invade?
Para los que volver a la rutina les atormenta y hasta les angustia, hoy preparé una lista de ideas que a mí me ayudan a volver a sentir algunas de esas experiencias que vivimos al viajar ¡pero en casa!
1. INSCRIBIRTE EN COUCHSURFING
Esta es la forma que mejores resultados me ha dado para sentirme de viaje aun cumpliendo una rutina de oficina. Couchsurfing te da la posibilidad de alojar en forma gratuita a aquellos que viajan a tu ciudad, pero si prefieres no hacerlo, igual es un buen sitio para conocer extranjeros, ayudarlos con algún tip para su viaje y hasta salir a compartir unos tragos.
2. ORGANIZAR UN TOUR POR TU CIUDAD
Suele ocurrir que los viajeros conocemos mucho sobre otras ciudades y nos fascina perdernos por sus rincones, pero no hacemos lo mismo con nuestra propia ciudad. Cuando tengas un día libre, sal por tu ciudad con un mapa y una cámara de fotos, estudia la historia de los edificios y pide un plato típico en uno de esos bares donde jamás te atreves a entrar. Si lo haces por otras partes del mundo, ¿por qué no hacerlo también en tu ciudad?
3. RECREAR RECETAS DE LOS PAISES QUE VISITASTE
Se dice que un viaje se vive tres veces, cuando lo soñamos, cuando lo vivimos y cuando lo recordamos. Revivir momentos del viaje a través del paladar es una muy buena idea para transportarnos a ese sitio que tanto disfrutamos. Invita a tu familia o amigos a probar estos platos y cuéntales un poco de su historia. Para los que quieren un poco más, organiza un calendario de almuerzos/cenas temáticas sobre platos de países que has visitado y también de los que aún deseas visitar. También puedes decorar la casa o usar trajes acordes al menú.
4. ESCRIBIR SOBRE TUS VIAJES
No solo para volver a conectarte con todas esas sensaciones de un viaje increíble, sino también para ayudar e inspirar a otros, escribir relatos o guías ayuda y muchísimo. Con cada palabra te vas alejando más de la rutina y sumergiendo más en los recuerdos pero de una forma entretenida y, algunas veces, útil a otros viajeros.
5. HACER DE GUÍA TURÍSTICO A EXTRANJEROS
Otra manera de conocer viajeros e intercambiar culturas es mostrar tu país a los turistas que llegan. Ellos te agradecerán y disfrutarán de la mano de un local y tú podrás pasear, conocer sitios a los que tal vez antes no habías prestado atención, conocer otras costumbres y hasta puede servir para practicar inglés.
6. CONTACTAR VIAJEROS DE OTROS PAISES
Si algo bueno tienen las redes sociales es conectar y acortar distancias. Existen muchísimos grupos y comunidades de viajeros donde puedes ser parte para escribir tus experiencias, evacuar tus dudas, aconsejar a otros y hasta hacer amigos. Tener un cyber amigo extranjero es una excelente forma de aprender sobre otros países y culturas. Lo mejor es que si luego visitas ese sitio, seguro tendrás dónde alojarte gratis o, al menos, un guía, un consejero, un contacto frente a un imprevisto o con quién tomar un café.
7. HACER MANUALIDADES CON TUS FOTOS DE VIAJE
A todos los que nos gusta decorar y cambiar los adornos de nuestra casa, usar las fotos de nuestros viajes al hacer manualidades es una muy buena idea. No solo tenemos la oportunidad de reciclar y usar poco presupuesto, sino que nos convierte en verdaderos artistas. Elige las fotos que más te gusten y busca inspiración en Pinterest ¡verás que las opciones son infinitas!
8. DAR CHARLAS A FUTUROS VIAJEROS
Sé que no es una idea que pueda convencer a muchos, yo tuve la oportunidad de hablar frente a más de 300 personas, pero lo importante es transmitir, no importa a cuántos ni a quienes. Da esa sensación de sentirse útil y además nos permite hablar de eso que disfrutamos tanto.
9. TENER UNA ALCANCÍA PARA JUNTAR PARA EL PRÓXIMO VIAJE
La motivación y la planificación es algo que nos mantiene entusiasmados hasta que llegue el tan esperado viaje. Si una de las principales razones para no poder viajar es el dinero, tener una alcancía a la vista es una excelente forma de no distraernos de nuestro objetivo de ahorrar y ahorrar. No importa cuán pequeña sea la moneda, mientras no bajemos los brazos, nuestra alcancía siempre estará un poco más llena.
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