Llegamos al aeropuerto de Camboya en un caluroso día de junio y sin saber cómo llegar a nuestra guest house.
Luego de tramitar la visa y retirar el equipaje, salimos del aeropuerto y varios conductores nos ofrecieron llevarnos al centro o a nuestro hotel. No tuvimos ni necesidad de regatear, USD 2 cada uno por camioneta con aire acondicionado. No lo dudamos.
En el camino el conductor nos preguntó acerca de los planes durante la estadía y le contamos que teníamos solo dos noches y que queríamos visitar los templos de Angkor. Enseñándonos el certificado de un curso de atención al cliente nos ofreció ser nuestro chofer por los siguientes días y por una módica suma nos llevaba del hotel a los templos, ver el amanecer, etc. Accedimos.
Como aún era temprano nos recomendó hacer una visita al pueblo flotante, un increíble estilo de vida de toda una comunidad en un lago. Con unas monedas más pagábamos el traslado desde el alojamiento hasta Chong Kneas. Accedimos.
Llegamos a nuestra habitación, dejamos las maletas y nos fuimos ansiosos a visitar esta distinta forma de vida de la que tanto nos hablaban.
Arribamos al sitio, entramos a una especie de local con un mostrador de venta de tickets. Sin anestesia previa nos informan que el ticket salía USD 18. Bueno, ya estamos aquí y tampoco nos van a matar estos casi USD 20, hagámoslo.
Cuando estuvimos listos para zarpar nos acercamos a un muelle donde había varios turistas y varias barcas. Nosotros éramos 5 y nos tocó una sola para nosotros. Nos acompañaban dos chicos, uno manejaba y el otro asistía y nos contaba un poco sobre el lugar.
Nos fueron mostrando algunas casas y los sistemas de flotación. De repente nos cuentan que también tienen en el pueblo una escuela. ¡Qué maravilla! Pensé yo. Y por si fuera poco, a ella acuden los niños huérfanos. Se les da de comer, se les enseña, se los cuida.
Como inocentes turistas visitamos la escuelita temerosos de invadir la privacidad de aquel sitio. No queríamos interrumpir por simple curiosidad el valioso trabajo de otros.
- Si lo desean pueden colaborar con la escuela, pero no con dinero sino con comida que es lo que más necesitan. Los podemos llevar hasta el almacén y pueden comprar bolsas de arroz.
Sin dudarlo accedimos. ¿cómo no íbamos a hacerlo? nosotros estábamos de viaje por el mundo y si teníamos oportunidad de colaborar con estos niños, claro que lo haríamos.
Bien, llegamos al famoso almacén, un galpón oscuro con bolsas de arroz, un escritorio y unos tipos. Aquí nos dicen que la bolsa más chica sale USD 50!!!!!! Así como lo leen USD 50 la bolsa de arroz, de 20 kilos creo. Al ver como nuestros ojos se agrandaban al escuchar aquella cifra nos explicaron que el alto costo se debía a los gastos de transporte que tenían para llevarlas hasta allí.
La sospecha y la duda afloraban pero fuimos tan ingenuos que lo peor que pensábamos era en que se aprovechaban del turista subiendo el precio, pero jamás pensamos en el verdadero engaño.
Los niños no son huérfanos, las bolsas de arroz llegan a la escuela con los turistas y se vuelven al almacén para ser vendidos otra vez a otros ingenuos turistas.
En el momento uno piensa, bueno, fueron solo USD 10 dólares para mí. Sin embargo, dólar a dólar hay hombres que se enriquecen abusando del desconocimiento de personas que si quieren ayudar y lo más triste usando niños en toda esta mafia.
Al finalizar la visita a la escuela, nos llevaron a ver una inigualable vista del atardecer a una especie de bar donde el conductor se toma una cerveza por un largo rato mientras tú miras las artesanías que hay a la venta, consumes algo o miras a los pobres yacarés apilados en un criadero.
La naturaleza es tan bonita y los niños juegan y chapotean en el inmenso lago como si apenas fuesen pequeños charcos que aún así tú sigues sintiéndote dichoso de estar allí.
Cuando el paseo termina y vas de camino a tierra firme, los muchachos de la barca te pedirán propina pues de aquellos casi USD 20 ellos no recibirán nada. Accedes.
Nosotros no fuimos ni seremos los únicos turistas en caer en este tipo de engaños, son cientos los comentarios y artículos sobre este tema, pero aún así mientras no todos estemos informados antes de viajar estas cosas siguen pasando. Y te preguntas ¿dónde más estoy siendo estafado sin ni siquiera saberlo?