Hace un par de años vivía planificando todo. Hacía listas de todo lo que pensaba y quería hacer. Se acercaban los 25 y ya quería recibirme, comprarme la casa, tener un buen trabajo y me preocupaba no ser madre antes de los 30. La vida me había enseñado algunas cosas y estaba convencida de que tenía que aprender a decir más "no" a los demás... cuando en realidad solo tenía que decirle más "si" a mí misma.
Cuando tuve el coraje de dar el primer paso para salir de mi zona de confort, una seguidilla de "si" empezaron a venir solos y mi vida se transformó por completo. En realidad, la que se estaba transformando era yo.
¿Por qué viajar nos cambia?
Quien viaja con la mente y el corazón abiertos no se libra de transformar su ser, su yo interior. Caminar por nuevos caminos donde todo es nuevo y mucho es diferente nos hace crecer, nos hace más tolerantes, más flexibles y más aventureros.
Mi yo anterior es sinóimo de miedos, temores, inseguridades, vergüenzas, todos sin fundamento, todos inventos en mi cabeza. Pero cuando me animé a hacer algo diferente por primera vez, casi sin notarlo, empecé a sumar experiencias grandiosas. Para mi, el click fue un viaje por el mundo, tal vez para tí sea otra cosa, pero seguro que si viajas dispuesto a aprender del mundo, nunca más serás el mismo.
Viajar te pone en frente de lo desconocido, lo que antes solo eran prejuicios y cosas en tu cabeza, ahora están allí, y nada es como lo pensabas. Y lo que era como pensabas, lo aprendes a tolerar, a aceptar, a disfrutar.
¿Cómo vencer el miedo a dar el primer paso?
Salir de nuestra zona de confort no es fácil ni para el más arriesgado. Es normal temerle a salir de ella, pero si algo es seguro es que dentro de sus límites no ocurrirá la magia. A veces, no es temor, sino que jamás nos planteamos un cambio, aceptamos lo que viene y lo que tenemos, no está tan mal. Además, al arriesgar algo puede salirnos mal... ¿Y si nos sale bien? ¿Y si estamos perdiéndonos lo mejor de nuestra vida por temerle a un cuco que solo existe en nuestra cabeza?
Para mí, vencer el miedo no es llegar a hacer algo sino aceptar que queremos hacerlo. Decidirnos a hacerlo, aunque luego fracasemos, nos hace más fuertes, más seguros. El primer paso es solo un instante, un pequeño pero significante momento de nuestras vidas.
Si tuviera que darles un consejo sobre cómo animarse, podría empezar por decirles que busquen inspiración en otros que ya se han animado. Si sueñas con dejarlo todo y recorrer el mundo pero tienes mil peros y dudas, internet está lleno de experiencias increibles donde encontrar motivación, pero nosotros siempre diremos "pero él porque es hippie, o no le importa nada, o puede hacerlo, pero yo no, yo no soy así".
La mejor motivación son nuestros propios logros, nuestras propias experiencias que nos vuelven cada vez más sedientos de aventuras. Y cada uno tiene su propia escala de aventuras, si vences tus miedos infundados, ya eres un aventurero, sin importar si te tiras desde un puente o escalas una montaña.
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