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BERLIN LIFE: 10 COSAS QUE ME SORPRENDIERON DE ALEMANIA

Aunque la globalización y la tecnología parezcan haber borrado algunas fronteras es sorprendente cuántas costumbres y aspectos de la vida cotidiana de otros países desconocemos.


Hoy me propuse hacer una lista con las diez cosas que más me han llamado la atención en mi primer mes viviendo en Berlín.


Aquí va.


1. NO SABER QUÉ ESTÁN DICIENDO HASTA EL FINAL DE LA ORACIÓN.

Crème brûlée

Bueno, para ser honesta, aún no sé nada de alemán excepto por los saludos, "gracias" y "por favor". Aunque si bien es cierto que ya reconozco muchas palabras por verlas una y otra vez en el supermercado o en el tren, continuamente tengo que recurrir al traductor del celular.

Así hice cuando quise preparar un Crème brûlée instantáneo que había comprado en un momento de antojo. Debo decir que la herramienta de traducción en vivo de la app de Google es fantástica pero para oraciones largas en alemán no me da buenos resultados, así que fui ingresando lo que decía la caja y hasta que no llegué a la última palabra la oración no tenía sentido. Fue ahí cuando me di cuenta que esa última palabra era el verbo. Al parecer hablar alemán es algo así como "200 mililitros de leche y 200 gramos de crema doble en una olla poner".


2. PENSAR QUE PASÓ ALGO EN LA ESQUINA DE TU CASA

Es bastante lógico pensar que en una ciudad como Berlín donde habitan más personas que en todo el Uruguay se oirían mucho más sirenas, pero realmente no es en algo que uno piense de antemano. En Berlín, salvo que sea una emergencia de extrema gravedad, las ambulancias o la policía solo encienden la sirena en las intersecciones. Como nosotros vivimos casi en una esquina, los primeros días me sobresaltaba pues escuchaba la sirena prenderse prácticamente en la puerta de casa y a los 3 segundos ya no se escuchaba más, lo que me hacía pensar que había pasado algo acá. Después de varios sustos me quedó claro cómo es el sistema.


3. PASAR HAMBRE LOS DOMINGOS

Mentiría si dijera que he pasado hambre, sobre todo porque a Nacho le gusta tener el freezer lleno por las dudas, pero si te olvidas de hacer las compras el sábado pierde la esperanza de encontrar un supermercado abierto los domingos. Lo mismo sucede con la mayoría de los comercios, cierra todo. Si bien puede ser típico de pueblos pequeños no es algo muy común en una gran ciudad. Para salir de un apuro se puede ir a un Spätkauf, un almacén que abre hasta tarde, donde conseguir snacks, golosinas, bebidas, cigarrillos y alguna otra cosa.


4. AMOBLAR LA CASA GRATIS

Fer juntando muebles

¡Este es mi punto favorito de la lista! Sea algo pequeño como una maceta, una silla o todos los muebles y electrodomésticos de una casa, por las calles de Berlín o a través del grupo de Facebook "Free your stuff Berlín" es posible hacerse de todos los muebles completamente gratis. Cuando alguien se va del país, se muda o simplemente ya no quiere conservar algo, aunque esté en buen estado, en vez de venderlos los regala. Es muy común encontrar en la vereda muebles, artículos de decoración, pallets de madera nueva, etc. Los que me siguen saben que ya le he sacado el jugo a los pallets :)


5. PAGAR UN DEPÓSITO POR EL VASO DE VIDRIO EN EL BAR

En realidad esto forma parte del sistema integral de reciclaje y política de envases. Como en la mayoría de los países, cada vez que compras una bebida en envase retornable, pagas un adicional que luego puedes recuperar cuando lo devuelves. La misma idea, pero además de envases también para los vasos o jarras de vidrio, se aplica aquí en los bares y paradores. Con tu compra te darán una moneda de plástico con la letra P de Pfand (depósito). Si devuelves la moneda y el envase o vaso, te devolverán tu dinero, por lo general 1 euro.


6. SALIR A JUNTAR BOTELLAS

Y aquí es cuando se pone más divertido el asunto del reciclaje y el Pfand pues no solo los envases retornables incluyen el depósito sino que también lo tienen los descartables. Teniendo esto en cuenta, cada vez que ves una botella en la calle es lo mismo que ver plata. Simplemente las llevas al supermercado y las colocas en la máquina de envases. Aunque hay algunas excepciones la mayoría de las botellas de cerveza y refrescos son válidas. Las de cerveza suelen valer 0,08 euros mientras que las desechables de agua o refrescos chicos valen 0,15 euros y las botellas de 2 litros que todos solemos aplastar en nuestras casas ¡valen 0,25 euros!

Por eso a todos nos dan ganas de levantar las botellas de la calle que, por lo general, están en las esquinas, en un cantero o al lado de la basura. La gente sabe que es dinero y por eso, si no las quiere llevar, no suele tirarlas a la basura porque es seguro que pasará alguien a levantarla. Ya les contaré cómo me hice 4,66 euros en un ratito!


7. VER A LOS ADULTOS TOMANDO HELADO COMO LOS NIÑOS

Aunque puede ser muy defendible que el helado en cono esté hecho para chupar, hasta ahora me parecía lo más normal que te despacharan el cono con una cucharita y, aunque a veces hay que andar haciendo malabares, la gente grande suele comer el helado con cuchara. Pues aquí, y para suerte del medio ambiente, no se ven cucharas y todos comen los helados a lengüetazos.


8. LLEVAR A LOS NIÑOS EN CARROS

Si tuviera que nombrar dos cosas que hacen a Berlin diría graffiti y bicicletas. Son tantas las bicicletas y la cultura en torno a ella que es muy difícil no asombrarse. Uno de los accesorios más comunes: el carrito para niños.

A esta altura que ya me he acostumbrado a verlos, lo que no deja de sorprenderme es que trancan la bicicleta en la vereda pero dejan cosas en el carrito!


9. NO USAR ZAPATOS DENTRO DE LA CASA

Zapatera

Quién diría que dejar los zapatos afuera era una tradición que también se encontraba en occidente. Eso que todos creemos que solo practican los japoneses es costumbre bien arraigada en Alemania. Estés en tu propia casa o en un ajena, deberás quitarte los zapatos y dejarlos afuera o en e hall de entrada. También es común que el dueño de casa ofrezca alguna pantufla o manta si hace frío, pero no serás bien visto si te dejas los zapatos puestos.


10. EL CONO DE LA FELICIDAD

Conos para golosinas

Esta tradición es algo que aún no he podido presenciar en vivo pero que investigué un poco cuando unos conos gigantes llamaron mi atención en los comercios y papelerías. Al principio pensé que eran gorritos de cumpleaños pero se trata de conos para llenar con golosinas y algunos juguetes y regalar a los niños en su primer día de escuela. Aunque parezca un invento moderno es una tradición que viene desde el siglo XIV.


¿Conocías algunas de estas cosas que a mí me sorprendieron?

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