El clásico Berlín turístico, el de la Puerta de Brandeburgo, la Torre de la Televisión y el Muro, se aleja bastante de la atmósfera que se respira en el resto de la ciudad. En mi primer capítulo de Berlín la describía como hipster, alternativa e independiente y cuanto más la recorro y la vivo, me convenzo de que así es.
Aunque aún me queda mucho por conocer, quería compartirles una lista con las diez experiencias que todo visitante debe vivir para sentirse como un local.
1. COMER UN CURRYWURST AL PASO
Lo que para los uruguayos podría ser un pancho o un choripan en el carrito, para los alemanes es el currywurst (se dice "curryvurst"). Lo venden en todos lados y no faltan jamás los vendedores ambulantes en las esquinas más turísticas o en las plazas. Este plato, protagonista número uno del menú alemán, consiste en una salchicha asada que puede servirse ya trozada o asomando en un pan, a la que se le espolvorea un poco de curry. Cuando se sirve en bandeja, no faltan la salsa de tomate o la mayonesa.
¿Cómo diferenciar a los vendedores ambulantes? Muy fácil, suelen vestirse de rojo o anaranjado, pero seguro los identificarás antes por llevar una sombrilla, un tanque y una parrilla alrededor de su cuerpo. Ya sabes, en tu próximo viaje a Berlin solucionas el almuerzo en una económica parada técnica de 1,5 euros.
2. DEAMBULAR POR KREUZBERG
Kreuzberg es uno de los barrios más conocidos en toda Alemania, su espíritu rebelde y creativo y su carácter cosmopolita lo han convertido en uno de los sitios de referencia para la movida nocturna. Los días de calor y las noches de fin de semana las calles de Kreuzberg se llenan de jóvenes y cerveza.
3. TOMAR UNA CERVEZA EN UN BIERGARTEN
Aunque en Berlin la cerveza se toma tanto en el tren como en la puerta del almacén, sentarse en un Biergarten hacen de la experiencia algo diferente. Los biergarten o jardines de cerveza son sitios con un entorno bastante natural, arbolados, donde principalmente se vende cerveza. Si bien el motivo principal de una visita es hacerse de una bebida rubia, también es posible consumir algunos platos.
4. DELEITARTE CON UN BUEN PLATO DE SPÄTZLE
¿Quiere probar un plato típico alemán que no tenga salchichas o cerdo? La respuesta es: Spätzle.
Aunque tradicional del sur de Alemania y no del norte, esta pasta de forma graciosa se ha ganado la aprobación de todos los que la hemos probado. Su forma natural es en tiras, como si fuesen trozos gordos de fettuccine, pero también los hay en bolitas, más parecidos a los ñoquis. Se pueden servir como acompañamiento de carnes o milanesa pero también como plato principal, combinado con salsa de queso, verduras y hasta panceta. Les recomiendo el restaurante Spätzleexpress en Wiener Straße 11, un pequeño lugar familiar donde sirven unas porciones como para una sobredosis de Spätzle.
5. RECORRER EL MAUERPARK Y CANTAR KARAOKE
El Mauerpark es el más famoso de los mercados de pulgas de Berlín pues no solo es un mercado de baratijas sino que en su amplio parque se instalan puestos de jugos y cervezas y varias opciones de comida internacional. Tanto se encuentran tacos mexicanos, platos tailandeses o alfajores de maicena uruguayos. Pero no solo eso, en este paseo familiar obligatorio de los domingos la diversión está asegurada con el karaoke, donde algunos extrovertidos se animan a cantar frente a cientos (sino miles) de personas que ocupan las gradas del Mauerpark.
6. ¿IR A LA PLAYA O AL BAR? MEJOR AL BAR PLAYA
Todos sabemos que en Berlín no hay playa y por eso la gente va en traje de baño al parque pero, aunque ya tendrás un comodín en el punto 10, los alemanes se la han ingeniado para combinar lo que más les gusta (la cerveza) con los insoportables días de calor del verano. Los beachbars, en alemán "Strandbars", son bares instalados en las orillas del Río Spree y otros lagos. Uno de los más populares de la ciudad es el Badeschiff por sus buenas vistas, conciertos con DJs internacionales y una piscina dentro del río.
7. REFRESCARSE EN PAMPA - HOLZMARKT
Aunque entra en la categoría del bar playa, el Holzmarkt (de entrada gratuita) es un sitio un tanto diferente donde se puede parar a comprar un refresco y disfrutar a la orilla del río mientras ves pasar los barcos de turistas. Es visitado por los locales y turistas curiosos en días soleados para tomar o comer algo o, simplemente, relajarse, leer o conversar bajo el sol.
8. PROBAR LA MEJOR HAMBURGUESA DE TU VIDA
Aunque la hamburguesa no es una comida típica alemana, desde 2006 Burgermeister se ha convertido en una de las visitas obligatorias en Berlin. En lo que solía ser un baño público debajo de las vías del U-Bahn, hoy se encuentra este particular restaurante al que nadie se puede resistir. Desde la comida, el packaging, los cocineros y la disposición del lugar, Burgermeister resulta de lo más atractivo, basta con acercarse para comprobar que siempre hay fila. Está ubicado frente a la puerta de la línea U1 de Schlesisches Tor.
9. STREET FOOD THURSDAY
Como si aún no fuese suficiente comida, el mercado de los jueves en Markthalle Neun es otra de las paradas obligatorias. El Street Food Thursday se celebra cada jueves desde las 5 de la tarde con una gran cantidad de propuestas gastronómicas internacionales en un cálido y juvenil ambiente. Mi preferido, el stand Cheesus donde el queso suizo derretido en plancha es el protagonista, mit Brot oder Kartoffeln (con pan o papa) no se lo pueden perder.
9. CONOCER EL BERLIN ALTERNATIVO
Si hay algo que queda super claro en mis artículos es que Berlin tiene ese aire alternativo, distinto y raro. Pero conocerlo junto con quienes más saben, es la oportunidad de comprobarlo por tí mismo. Siempre recomiendo los tour gratuitos (como los de Sandeman) porque es una de las mejores maneras de aprender sobre la historia y presente de los sitios que visitamos (sin tener que estudiar antes o correr el riesgo de desaprovechar el tiempo). Como funcionan en base a propinas, los guías se esfuerzan por hacerte pasar bien y que te vayas muy conforme con el paseo. En Berlín, los guías de Alternative Berlin Tours salen todos los días a las 11, 13 y 15 horas desde Alexanderplatz para recorrer durante tres horas los rincones más vanguardistas de la ciudad de cara al arte callejero, los graffiti, el rock, el reggae, el punk y la música electrónica. No es necesario reservar, solo te apareces en el lugar.
10. ESCAPARSE EN DÍAS DE CALOR
¿No era que no había playa? Bueno, casi. Aunque la principal escapatoria para esos escasos días de 32 grados parece ser meterse en la bañera o tomar sol en bikini en alguno de los tantos parques de la ciudad, Berlín tiene guardados algunos secretos para solucionar este problema: Strandbad Wannsee y Tropical Islands. El primero es una playa a orillas del lago (se necesita pagar ticket de entrada, unos 6 euros aproximadamente) y el segundo, un parque acuático con forma de islas tropicales dentro de un antiguo hangar de aviones sobre el que les contaré más adelante.