Bienvenidos a otro episodio de Berlín Life, donde comparto con ustedes curiosidades de la capital alemana y algunas anécdotas de mi vida en esta gran ciudad.
Hoy voy a contarles algunas de las diferencias entre las casas alemanas y las uruguayas que me han llamado la atención. En el post sobre 10 Cosas que me sorprendieron de Alemania les había contado ya que aquí no se usan zapatos dentro de la casa, sino que se dejan afuera o en la entrada. Sigue leyendo para enterarte qué otras diferencias hay en una casa alemana.
1. LA CAMA
Una de las principales sorpresas para los recién instalados en Alemania es la ropa de cama porque aquí no hay sábanas. Aunque no es exclusivo de los alemanes, la famosa "sábana de arriba" no existe, sino que uno se tapa directamente con la colcha o acolchado, al que se le pone un forro que se puede lavar como quien lava la sábana de arriba. Pasando el limpio, la sábana de abajo (la que tiene elástico) es igual en todos lados, la diferencia es que, en vez de tener una sábana entre el cuerpo y los edredones, se le puede poner una funda a la manta. Otra notoria diferencia que enloquece a muchos españoles y latinos es la almohada, pues aquí la “normal” es cuadrada, de 80 x 80 centímetros, prácticamente un almohadón. Se consigue almohada rectangular, pero hay que tener cuidado al comprar las fundas y no terminar con las cuadradas gigantescas. Tampoco es común encontrar un “juego de sábanas” sino que se vende todo por separado y hay que andar viendo cuál hace juego con cuál. A lo sumo, el juego te incluye la sábana de abajo y dos fundas de almohadas cuadradas.
2. EL BIDET
El tema del bidet es bastante recurrente para los que hemos vivido en Nueva Zelanda, y es el primer choque cultural para la mayoría de los latinos. Así que al llegar a Alemania no me llamó la atención, más bien me sorprende que sean tan pocos los países que sí lo tienen. Sin embargo, por ejemplo en muchos países asiáticos el bidet está “sustituido” por un cañito lavatorio dentro del inodoro que uno puede regular a su antojo. En Japón, ni que hablar, el “wáter” tiene tantos botones como un Smartphone. Pero en Alemania, no hay ni bidet ni cañito.
3. LA BASURA
Como en la mayoría de los países desarrollados, la clasificación de residuos es un hábito incorporado. Cada casa tiene sus distintos recipientes para separar lo que se recicla y lo que no. En los edificios de apartamento cada uno lleva su basura y la deposita en los contenedores correspondientes para que una vez por semana el camión recolector se lo lleve. Un día los vidrios, otro día el cartón, otro día la basura corriente.
4. LA ELECTRICIDAD Y EL TOMA CONSUMOS
Aunque la factura de la luz llega mensualmente, el consumo se toma una o dos veces al año, por lo que siempre se paga un estimado y luego cuando se verifica el consumo real, ¡sácate! el ajuste puede ser mortal. Otra diferencia es que no hay monopolio de una empresa de suministro de energía por lo que los consumidores podemos elegir la que consideremos mejor. Las alternativas son varias e inclusive hay algunas nuevas empresas de energías renovables con planes muy interesantes.
5. EL NÚMERO DE APARTAMENTO
Aquí la forma de identificar un apartamento es a través del apellido. Si quieres darle tu dirección a alguien para que te envíe correspondencia, le dirás la calle, el número de puerta y el apellido, que debe figurar sí o sí en el buzón y en el timbre. Si alguien te visita, puedes además agregar el piso en el que vives, pero si hay varios apartamentos en el mismo piso (como suele suceder) tendrás que estar atento para recibirle porque no están numerados.
Si esperas un sobre, pero no has indicado el mismo apellido en el buzón, este será vuelto a las oficinas de correo.
6. EL POLÉMICO IMPUESTO A LA RADIODIFUSIÓN
Aunque en cada país existen diferentes impuestos municipales, el famoso Rundfunkbeitrag, al que también han bautizado como “impuesto a la televisión” es uno de los impuestos más odiados y polémicos del país.
Este impuesto, cuya traducción literal sería “Contribución a la radiodifusión”, es recaudado por el estado alemán a todos los hogares de su territorio con el fin de subvencionar parte de los gastos de mantener los canales de televisión y radio públicos. Actualmente se fija en unos 17,5 euros mensuales por hogar, tengan televisión o no, tengan radio o no, tengan 5 televisores, vivan 10 personas o viva una sola. Siempre son 17,5 por mes. Mucha gente se niega a pagarlo y muchos otros lo pagan, pero adjuntando por escrito un reclamo, con la esperanza de que si algún día se declara anticonstitucional, el estado les devuelva su dinero.
7. LAS PERSIANAS
Sea en planta baja o en el quinto piso, las ventanas no tienen persianas. Para los que les es difícil conciliar el sueño con luz (o para que no te vean los vecinos) es imprescindible comprar unas buenas cortinas. De todos modos, la mayoría de las ventanas son dobles, lo que convierte la casa en casi hermética y aislada del ruido, y permiten tres posiciones: cerrada, completamente abierta y abierta solamente arriba como si fuera una banderola (aunque sea un ventanal del piso al techo).
8. LOS ASCENSORES AFUERA
¿Te mudas al quinto piso de un viejo edificio del 1700? No te preocupes, seguro que, aunque no lo veas, tiene un ascensor afuera. Esta inteligente solución para agregar ascensores a los edificios que fueron construidos sin ellos, ha llegado a Alemania. En el pozo de aire se coloca un ascensor que luego comunica cada piso con algún corredor exterior o balcón.
¿Qué te han parecido estas diferencias? ¿Conocías alguna?